Te despiertas, son las tres de la madrugada. Te encuentras en la cama, debajo del nórdico. Fuera hace frío pero una inminente necesidad fisiológica te lleva a querer levantarte. Cuando ya te has hecho a la idea y has sopesado otras posibilidades no viables, te propones a moverte lentamente pero te das cuenta que no puedes. Tienes las manos sujetas con unas esposas al cabezal de la cama. Y no es un sueño.
Todo apunta a un culpable: a ese que está a tu lado compartiendo cama y que ha aprovechado tu debilidad nocturna (es decir, mientras dormías) para ponerte unas esposas y "jugar" contigo. No te has enterado pero así ha sido. Lo miras y ahí está él, con una sonrisa pícara que intuyes bajo la poca luz. Te preguntas si lleva despierto todo el tiempo esperando a que tu abras los ojos o es que ya se disponía a ponerse manos a la obra. Vista la situación, ahora sólo te quedan dos opciones: Aceptarla y dejarte llevar o empezar a gritar. Y, claro, a esas horas despertarías a todo el mundo. Así que decides dejarte arrastrar por el momento y disfrutar de un sexo en el que, por esta vez, no podrás hacer nada, sólo sentir y gemir.

El uso de las esposas en las relaciones sexuales nos puede ayudar a salir de esa rutina que ya venimos nombrando de vez en cuando en este blog. Cabe decir que, antes de nada y de poner en práctica esta clase de juegos, se ha de saber seguro que a la otra persona no le van a molestar. Una vez sabemos eso y que le gustaría, nos podemos poner manos a la obra simulando una situación como la anterior u otras en las que los dos estáis conscientes y tenéis ganas de recorrer el cuerpo de vuestra pareja, haciendo de él lo que queráis, sin que sus manos se metan por el medio, como hacen siempre.

Ahora sólo queda decidir quién de los dos será el elegido para adornar sus muñecas con unas esposas de metal (forradas, eso sí, para que no duelan). ¿Mi consejo? que sea primero él, diciéndole que a la próxima serás tú quién las lleve. Y, bueno, que haya una próxima... ¡de ti dependerá! Y de que cumplas tu promesa, también ;-).