Muchos de nosotros hoy volvemos al trabajo. Hemos disfrutado de unos días de vacaciones pero la rutina nos llama. Como ya comentamos, estos días eran ideales para innovar y disfrutar del sexo en pareja. Y hablando de innovar… ¿habéis probado el sexo anal?
Quería reservar este tema para más adelante pero no he podido contenerme más. Me encanta el sexo anal, así de simple. Y os reto a todos aquellos que no lo hayáis probado, que lo hagáis. Desconocimiento, miedo, prejuicios… éstos son algunos de los motivos por los cuales muchos no se atreven con esta práctica.
Desde aquí os decimos que, siguiendo unas pequeñas pautas, deseareis ser penetrados por detrás. Primera pauta y principal, querer los dos. No vale probarlo si tu pareja no quiere. Puedes intentar convencerla pero con argumentos. Y si su última respuesta es no, pues no. Otra pauta es, una vez queráis los dos probar “el lado oscuro”, no olvidaros del lubricante. Éste es esencial porque hará que el pene pase con mayor facilidad por el ano sin provocar ninguna herida. Tened en cuenta que es una zona muy sensible y que no se puede ser brusco. Otra cuestión a tener en cuenta es, como preferencia, empezar con los dedos. Primero metemos un dedito, luego otro… hasta que es el pene el que se sumerge dentro. También podéis probar con vibradores. Es más, también podéis atreveros con la doble penetración. La chica acostada casi en un borde de la cama o de una mesa; el chico fusionándose con ella y sujetando un vibrador que penetra por delante. Esto me lo contaba una gran amiga que lo practicó el otro día de esta manera y me he quedado con ganas de realizarlo así… Ya os contaré.
El sexo anal es un tema que da para mucho así que esto no quedará aquí, iremos ampliando nuestro bagaje al respecto (hablando, por ejemplo, de realizárselo a tu chico aunque éste sea heterosexual). Nada de tabús, ni prejuicios, ni “¿qué pensarán de mi?”. ¿Lo importante? Tú, él o ella, y el placer.