Hay pocos productos que sean tan sensuales (y a la vez tan atrevidos) como las velas de Shunga. Es un todoterreno que puede aportar una mezcla explosiva para una noche mágica: romanticismo, erotismo, pasión y un pequeño guiño al BDSM.

Imagínate pedirle a tu pareja que cierre los ojos y hacerla entrar en la habitación, completamente a oscuras, con la tenue iluminación de las velas. Imagina el olor dulce de la vainilla o el aroma juguetón de las frutas exóticas envolviendo vuestra piel, haciendo latir vuestra parte más erótica. Imagina también el deseo que esconde esa luz suave, que hace que vuestros cuerpos se insinúen, sin llegar a descubrirse de todo.
Y ahora, piensa en todas esas fantasías que aún os quedan por realizar, las sábanas enredadas entre vuestras piernas, las ganas de experimentarlo todo del otro... Sin pensarlo, coges la vela de Shunga y, lentamente, dejas que la cera caiga sobre el pecho de tu pareja... Puedes estar tranquila, porque sabes que no le quemará: la cera se convierte en un delicado aceite con el que, después de jugar a realizar esta fantasía de verter cera ardiendo sobre tu compañero, podrás dedicarle un masaje de lo más sensual.
Deja que la vela de Shunga te inspire durante los preliminares, diviértete explorando tus límites y los de tu pareja... La imaginación es tu gran aliada.