69. Dos números mágicos que nada más nombrarlos nos transportan a un estado de erotismo, placer y fantasía donde la excitación es la norma a cumplir. Es de las posturas más conocidas pero, a la vez, de las menos practicadas. ¿Sueles practicarla? Si lo has hecho alguna vez, ¿cuánto hace que no la practicas?
El 69 tiene sus ventajas, tales como que te permite disfrutar del sexo oral mientras tu chico o chica también lo disfruta al mismo tiempo, siendo un complemento ideal como preliminar al coito; no obstante, también para llegar al orgasmo por sí sola. ¿Cómo colocarse? Se puede hacer uno arriba y el otro debajo, de lado o de pie (sí, también de pie, siendo la chica la que esté boca abajo y el chico sujetándola).
La postura más cómoda y la más práctica es en horizontal, nada de pie. Lo mejor es que sea la mujer la que esté arriba ya que, si es al contrario y se pone debajo, resulta más incómodo realizar el sexo oral al pene erecto, debido a la falta de espacio para realizar movimientos con la boca. En cambio, estando la mujer encima, poniendo sus genitales cerca de la boca de él - que estará debajo - y teniendo accesible el pene, tendrá más libertad de movimiento para practicar un excitante sexo oral.

El 69 también tiene un inconveniente que quizá hace que por eso no sea una postura tan llevada a la práctica: cuesta concentrarse. Sí, es difícil concentrarse en el propio placer, en lo que estás sintiendo e imaginando, cuando tienes que generar, a la vez, también placer al otro. Eso hace que sea más difícil llegar al orgasmo únicamente con el 69 pero, como hemos dicho, es una postura complementaria ideal para aumentar vuestra libido. Muchas personas son más de primero el 1 y después el 2, es decir, primero te hago yo a ti y después tu a mi pero siempre va bien innovar, salir de la propia rutina y explorar otras posturas como el 69 que provocarán en ti un placer distinto al que estás acostumbrado/a. ¿Te apetece un 69?
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Bueno, bueno, ya es domingo tarde. Algunos mañana tendrán fiesta (segunda pascua) y otros tendrán que volver a la rutina laboral. Ya se ha ido el viernes, el sábado y ya estamos a domingo. El fin de semana tiene la gran habilidad de pasar por delante nuestro a una velocidad extraordinaria. ¡Así no hay manera de afrontar el lunes! Os diréis, y más cuando no habéis parado ni un momento. Pues sí que la hay: aprovechando estas últimas horas del fin de semana para relajaros tomando un baño solo o sola o en pareja.
Si estás solo/a esta tarde-noche, llena tu bañera con agua bien caliente y, si las tienes, echa
sales de baño o gel espumoso para recrear esos baños llenos de espuma que tanto vemos en las películas. Antes de entrar dentro de agua, tienes que proveerte de todo lo necesario para no tener que salir ya. No te olvides coger tu
juguete erótico preferido sumergible, preparar en tu móvil una lista de canciones que te hagan entrar en una atmósfera diferente y, por último, una copa llena de vino. Una vez lo tengas todo, ya puedes entrar en el agua y empezar tu momento sexual relajante. Cierra los ojos y, mientras escuchas esas canciones sugerentes y envolventes, empieza a acariciarte por el cuello, el escote, el pecho, la parte interna del muslo... Incluso puedes usar la eficiente
esponja vibradora que hará que esas caricias sean más intensas. Cuando ya estés entrando en calor, coge tu juguete sumergible y déjate llevar por el placer sensacional que te va a proporcionar.

Lo más importante es no mirar el reloj, perder la noción del tiempo y adentrarse en ese momento especial lleno de detalles que has creado sólo para ti. En el caso que estés con tu pareja, en lugar de usar el juguete (aunque también lo podríais usar), os podéis poner en dos posturas posibles: de espaldas (tú delante y él detrás) o uno enfrente del otro. Lo mejor es empezar de espaldas si lo que quieres es que tu pareja te acaricie y tenga a mano todo tu cuerpo y, posteriormente, poneros cara a cara para besaros, tocaros y, si la bañera es suficientemente grande, acabar teniendo una sesión de sexo completa.
Os iréis a dormir con la mejor cara y os levantaréis al día siguiente con más ánimos, pudiendo tener también sexo matutino. ¿Quién necesita café cuando puedes tener un sexo despertador?
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Tú qué prefieres, ¿tener sexo o dormir? Según un estudio del Instituto
Ipsos de Nueva York, las mujeres prefieren tener un sueño largo y reparador a una sesión de sexo pasional con su pareja. La encuesta se realizó sobre más de dos mil mujeres de entre 18 y 49 años y el 60% de ellas escogió dormir, no porque el sexo les cause incomodidad (el 77% asegura estar feliz con su vida sexual) sino porque ese tiempo lo pueden destinar a realizar otras actividades. Los investigadores indican que es una muestra de la monotonía en una relación y también una muestra de que el estilo de vida acelerado tiene como consecuencia la falta de deseo.
Y nosotros nos preguntamos, ¿por qué preferir una cosa u otra cuando se pueden tener las dos? ¡Dormir y tener sexo o tener sexo y dormir! Da igual el orden, son dos acciones que no tienen por qué ser antónimas ni tienen por qué quitar tiempo una a otra. Puedes organizarte de manera que, tras una sesión de sexo, puedas tener tus horas por delante para descansar e ir a trabajar con todas tus energías. O irte a dormir pronto y despertarte con un sexo arrollador que te hará afrontar la jornada con una gran sonrisa. O, más aún, ¿que no puedes hacerlo por la noche por falta de tiempo? ¿Necesitas descansar? Pues cambia el horario: puedes mantener sexo por la tarde: en lugar de ir a tomarte una cerveza, un día podéis llegar a casa antes y empezar lo que lleváis deseando todo el día. O hacerlo antes de cenar por ejemplo, cuando tanto vuestra mente como vuestro cuerpo tiene hambre y necesitáis devoraros.

Es decir, no hay un momento (ni un sólo lugar) para tener sexo. En la cama, en el suelo, en el sofá, en una silla, de pie contra la pared del pasillo, en la ducha, en el balcón, en la cocina o encima de una mesa. Sed creativos y llegad a dónde vuestra mente os lleve y desee, haciendo del sexo lo que de verdad es: diversión y placer. No caigáis en la monotonía sexual ya que ello puede llevar a un aburrimiento del sexo y, ¿desde cuándo el sexo es aburrido? ¡Feliz fin de semana!
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Chicas, ¿A quién de vosotras no se le va la vista hacia el pecho prominente de otra chica? ¡A todas! Porque es algo visible que atrae a nuestros ojos y no podemos evitar no mirarlo aunque sea sólo una vez. Por ello, tampoco puedes acusar a tu pareja de hacerlo. Cuando estás con un chico y la vista se le va a alguna parte, muchas de nosotras ya sabemos qué está mirando. ¿Por qué? ¡Porque nosotras ya lo hemos visto antes! Gracias a nuestra mirada panorámica, ya hemos tomado detalle de todo que nos rodea, incluida esa chica con escote, con falda o provocativa. Lo que pasa es que el hombre - al no tener una mirada panorámica tan amplia como la de una mujer - no puede evitar girar el cuello más de lo debido, haciendo que la percepción de algo que le ha gustado no quede muy disimulado. Y es ahí donde, a veces, llegan las discusiones de pareja ("¿a quién estás mirando?") cuando en verdad ni tú misma habías podido evitar mirar. Otra cosa es que tu pareja se gire más de la cuenta y más de una vez o sea algo muy exagerado.
Aún así, hay a muchas mujeres que les parece una falta de respeto (se tendría que tener en cuenta cada caso en concreto, claro está) o no entienden esa "obsesión" masculina por esa parte del cuerpo. No obstante, también es una obsesión femenina ya que son muchas las que recurren a un aumento de pecho para estar mejor consigo mismas y agradar al hombre, siendo una de las operaciones de cirugía plástica más practicada.

Al igual que el resto de mamíferos, hubo un tiempo muy pasado en el que los hombres sólo montaban a las mujeres por detrás (lo que llamaríamos ahora la postura del perrito, que hay personas que no les parece una postura muy natural pero que lo es) y eran las caderas las que servían de identificación al ir a "cuatro patas". Después, la humanidad evolucionó y empezó a andar sobre dos piernas y a mirarse de frente: esa exuberancia de la cadera femenina redondeada evolucionó al pecho redondeado para imitar esas formas que atraían y atraen al "macho".
Volviendo al presente, ya contamos una vez que, según un estudio alemán, mirar el pecho femenino alarga 5 años la vida del hombre que lo mira. Eso sí, tiene que mirarlos 10 minutos al día para notar ese efecto (¡Seguro que para muchos de vosotros no será muy complicado o, incluso, lo hacéis más tiempo si hace falta!). Los hombres examinados en el estudio presentaban una mejor presión arterial y menos riesgos de sufrir alguna enfermedad coronaria porque la excitación sexual hace que nuestro corazón bombee más y aumente la circulación de la sangre.
Así que, chicos, ya tenéis justificación para hacerlo. ¿Todo sea por la salud, verdad? ¡Que paséis un fin de semana muy "saludable"!
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Empezamos titulando el post de hoy con un proverbio chino que nos viene como anillo al dedo para hablar del peliagudo y omnipresente tema de la infidelidad. Vamos a hablar indistintamente tanto de la infidelidad masculina como de la femenina y nos vamos a plantear situaciones y preguntas que luego cada uno se tendrá que responder y aplicar a su caso en concreto.
No hace falta que definamos en profundidad qué es la infidelidad pero a grandes rasgos diremos que la infidelidad de pareja tienen lugar cuando aparecen terceras personas y se produce una ruptura y no cumplimiento del pacto y reglas del juego. ¿Qué pacto o reglas del juego? Pues como si de un partido de fútbol se tratara, las relaciones de pareja tienen unas reglas de juego que se han pactado desde un inicio, ya sea consciente o inconscientemente. De manera general, cuando empiezas una relación estable, se sobreentiende que no van a haber terceras personas, dando paso a la exclusividad romántico-sexual. Y, algunas veces, no sólo se sobreentiende sino que se habla el tema y queda aclarado. Podemos decir que, de base, todas las relaciones de pareja cumplen con esa exclusividad que se convierte en una de las reglas del juego.
Ahora bien, también hay relaciones que acceden a pactar otro tipo de compromiso, en el que puede haber una puerta abierta a estar con otras personas (no siendo en este caso infidelidad). Todos conocemos a alguna pareja abierta que desde fuera no siempre se puede entender cómo aceptan un tipo de pareja así pero que para los dos es algo correcto y que funciona. Y no significa que no tengan sus reglas sino que son distintas. Pero ¡ojo! En esas relaciones también puede haber infidelidades porque quizá se ha pactado que se puede estar con otras personas pero, por ejemplo, sin repetir nunca con la misma e incumples el pacto repitiendo varias veces con la misma persona.

Otro punto a tratar - y donde muchas veces viene el conflicto y las discusiones de pareja - es que lo que consideramos infidelidad no es lo mismo para todos. Para ti quizá el coqueteo con otra persona no es nada malo pero para tu pareja sí o puede que tú pienses que chatear con alguien es ser infiel por las ocultas intenciones pero tu pareja no. Hemos dicho que las relaciones de pareja tienen sus reglas como un partido de fútbol pero, a diferencia de este deporte, no tiene árbitros. En este caso, no hay nadie neutral que pueda mediar entre los dos y, por ello, lo mejor es comunicarse abiertamente y saber lo que piensa el otro en relación a lo que considera o no una traición.
Con el ritmo de vida que llevamos donde nos pasamos más horas en el trabajo que en casa, es normal que surja alguna chispa con algún compañero de trabajo y, por eso, muchas infidelidades tienen lugar con compañeros. La infidelidad no siempre se busca; no se produce siempre porque tengas intención de serlo sino que se te presenta delante. Hemos de decir que no es fiel aquel que simplemente no está con otras personas sino que es fiel aquel que, aún teniendo posibilidad de serlo, no cae en esa tentación.
Asimismo, para ser infiel no sólo tienes que tener buena memoria - no olvidemos que la infidelidad es un pack que incluye mentiras, ocultaciones, nerviosismo - sino controlar todas las supuestas pruebas que te puedan acusar. Hoy en día, con el acceso al mail, a las redes sociales o al móvil de nuestras parejas podemos descubrir muchas infidelidades, de ahí que se complique todo más para el presunto infiel. También tenemos que decir que, cuando uno busca algo (en el móvil de tu chico o chica, por ejemplo) es porque cree que va a encontrar algo y, si no lo encuentra, se enfada consigo mismo porque piensa o que no ha buscado bien o que su pareja ha borrado todas las pistas. Ahí ya entraríamos en el tema de los celos que no trataremos hoy pero que van muy relacionados con la infidelidad.
Por otra parte, hay quien piensa que la infidelidad se puede convertir en un factor que incentive la libido de quien está engañando y, por tanto, se reactive el sexo en su relación estable, haciéndolo más veces y de formas más imaginativas.

El cantante Sabina decía aquello de que los hombres engañan más que las mujeres pero las mujeres mejor y Marlene Dietrich (actriz) dijo que a cualquier mujer le gustaría ser fiel, lo difícil es hallar el hombre a quien serle fiel. La moral y la cultura en la que vivimos nos dicen que no hay que ser infiel y, si se quiere ser, lo mejor es romper nuestra relación para no hacer daño al otro. Un daño que quizá la otra persona no sabe que se le ha hecho pero tú lo tienes en tu conciencia, esa que por las noches no te deja conciliar el sueño y eso que te lleva a hacerle más regalos o más caso, producto de los remordimientos.
Y ahora, la pregunta que todos se hacen: si te fueran infiel ¿preferirías saberlo o no saberlo? Y otra pregunta, quien confiesa que ha sido infiel, ¿lo hace por el otro o por él mismo para sentirse mejor y quitarse un peso de encima?
Ya hemos comentado alguna vez que la monogamia no es natural en los humanos sino una construcción cultural y religiosa pero que no sea natural no significa que no se tenga que practicar. Tampoco es natural ir vestido, depilarse, afeitarse o llevar gafas y lo hacemos. Pues con la fidelidad pasa lo mismo: sí, quizá no es natural porque somos polígamos como nos dijo ya Eduard Punset en Redes, pero no por ello no se debe de ser fiel.
También hay que tener en cuenta que no es lo mismo una infidelidad física y exclusivamente sexual que una infidelidad donde hay sentimientos por el medio. Lo más importante es no romper esas reglas del juego pactadas y, también, saber qué es lo que te lleva a ser infiel. Los motivos te ofrecerán respuestas (no estás bien con tu pareja, no quieres comprometerte, buscas aquello que no tienes en tu relación, etc.) y te ayudarán a decidir qué hacer con tu hasta ahora pareja.
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Si hablamos de sugilación quizá la palabra no os dice nada pero si os decimos que es sinónima a "chupetón", ya sabréis de lo que estamos hablando. ¿Quién no ha tenido alguna vez un chupetón, sobre todo, cuando éramos adolescentes? La sugilación, conocida como chupetón, es un hematoma causado por una succión fuerte realizada con la boca, rompiendo así vasos sanguíneos y provocando ese color y ese dolor tan característico.
Suele realizarse en momentos de excitación sexual, ya sea conscientemente o inconscientemente y puede tardar varios días en desaparecer. De manera habitual, se llevan a cabo en el cuello siendo así bastante visible y difícil de disimular aunque se pueden realizar en cualquier parte del cuerpo.
El chupetón en sí puede que haya sido provocado por no medir la intensidad de la pasión y de la excitación, es decir, producido por error, sin tenerlo como objetivo. Por el contrario, hay personas que lo realizan expresamente y los motivos pueden ser para dejar firmada la conquista o para marcar territorio y mostrar a los otros que esa persona ya no está libre.

Por lo que, el chupetón ¿es una marca de amor? ¿o más bien de posesión? Es una manera de expresar la excitación sexual que sientes por la otra persona pero también, cuando se tiene pareja o algo más estable, se realiza para mostrar al resto de gente - sobre todo, a aquellas personas que pueden ser competencia - que tu chico o chica no está libre y que no pierdan el tiempo acercándose a él o ella para ligar. ¿Quiénes lo hacen con ese motivo? Personas con quizá una baja autoestima, con un punto de desconfianza hacia su pareja o, simplemente, personas celosas.
Y en el caso que tengáis algún chupetón y no sepáis cómo disimularlo, podéis aplicarle pasta de dientes o alguna pomada para que se vaya antes. Podéis usar maquillaje pero no hace milagros, es muy difícil taparlo con corrector o con otro productos, es más, depende de cómo lo tapes, quizá consigues el efecto contrario: que se vea más aún. Así que o aceptas que se va a ver durante unos días o pasas por ponerte una tirita para disimularlo; sin embargo, aún así, el resto sabrá lo que te ha pasado, no cuela lo de "me he cortado afeitándome".
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¿Quién no se acuerda de vez en cuando de algún ex? A veces, nos vienen a la cabeza personas que han pasado por nuestra vida, entre ellas, los ex. No es negativo recordarlos porque no hay que olvidar aquello que hicimos bien o mal en una relación pasada para no repetirlo en la que tengamos en el presente o en el futuro. La experiencia te sirve para saber aquello que quieres en tu vida y, muy importante, aquello que quieres evitar.
Cuando una relación ha terminado hace poco, se comete el (casi siempre) error:
volver a intentarlo. Es una frase hecha aquello que dice que las segundas partes nunca fueron buenas pero, en el terreno amoroso, la mayoría de veces se cumple. Todo depende del motivo por el que rompiste, hay diferencias o problemas que se pueden solucionar, evidentemente. En el momento, "volver" te parece la mejor opción porque echas de menos la vida que tenías con tu pareja pero, visto en perspectiva, no es que te arrepientas pero puede que no dieras otra oportunidad si pudieras volver a atrás. Otro tema es que quizá tienes claro que volver no quieres pero echas de menos esa regularidad sexual que te proporcionaba tener pareja y
acabas practicando sexo con tu ex.
Según un estudio de Amber Vennum, profesora de la Universidad de Kansas, las parejas que están en relaciones cíclicas (dejarlo-volver) tienden a ser más impulsivas a la hora de tomar decisiones en la relación. Al ser más impulsivas, suelen estar menos satisfechas con su pareja, sintiendo más incertidumbre sobre el futuro de los dos, además de tener baja autoestima. Esa incertidumbre se convierte en desconfianza al haber antecedentes de ruptura que hacen que no estés "tranquilo". ¿Para evitar volver? Evidentemente, no verse. Cuando vas viendo a la otra persona, los sentimientos continúan a flor de piel y es difícil discernir entre si quieres volver porque te has dado cuenta que fue un error dejarlo o quieres volver porque la idea de verte ahora solo/a, cambiar tu estilo de vida, decírselo a tu familia, el qué dirán... te trae de cabeza y no lo puedes aceptar. Cuando menos veas a la otra persona, más claridad le darás a tus pensamientos que, posteriormente, se convertirán en decisiones. De ahí que, después de una ruptura, es mejor verse lo menos posible para ayudaros a tomar la decisión correcta. Da pena ver cómo termina algo que has creado en común con tu pareja pero, como dice aquella canción de Alejandro Sanz, después de la tormenta siempre llega la calma. Y esa calma se puede traducir en una nueva oportunidad para ti para ser feliz, sola/o o en compañía. Tenemos que dejar atrás relaciones que no llevan a ninguna parte, relaciones tóxicas o relaciones "por costumbre". ¡Te harás un grato favor a ti y a tu - hasta ese momento - pareja!

Y, paradójicamente a lo que estamos comentando, a pesar de lo que muchos piensas y muchos hacen cuando cortan con alguien, eliminar del Facebook a tu ex no es la mejor solución. Un estudio publicado en la revista
Live Science, titulado
Vigilancia de las antiguas parejas: asociaciones con la recuperación post-ruptura y el crecimiento personal, reveló que los que más frecuentan el Facebook de su ex sienten más emociones negativas, les vienen más recuerdos malos, evitando así echarlo de menos. Según la psicóloga Tara C. Marshall (colaboradora en dicho estudio) así también se evita la mística atractiva que provoca alguien cuando no sabes de él. Será más lento el proceso de desprenderse de él o ella pero, supuestamente, más eficaz. Además, así evitas espiarle desde los perfiles de tus amigos que aún lo tienen o crearte un perfil falso para hacerlo (sí, hay muchos que llegan a ese extremo).
Aunque también puede pasar al contrario: que visitar su perfil haga florecer tus sentimientos positivos hacia él o ella. Todo depende del motivo de la ruptura (no es lo mismo romper por una infidelidad que porque, simplemente, le faltaba chispa a la relación; si es por una infidelidad del otro seguramente te vendrán pensamientos dolorosos).
Después de una ruptura y de la aceptación de la misma, suelen llegar varias etapas que, depende de cada persona, tienen una duración distinta y afectan de distinto modo. Primero suele venir una etapa de no querer salir con nadie, cerrarse a conocer personas nuevas, ya que tienes aún el "resquemor" de la anterior relación y, además, cada cosa que se dice o se hace, te recuerda a él o ella. Luego viene la etapa de "apertura", aquella en que de nada pasamos a querer salir siempre, estar con chicos o chicas nuevas y experimentar esas sensaciones de nerviosismo, diversión y placer que provoca alguien nuevo. Después de esa fase, las personas se suelen "normalizar", siguen conociendo a gente nueva pero ya no es con esa voracidad que les caracterizaba en la etapa anterior. Es más, posiblemente no busquen sólo sexo sino también alguien con quien compartir un proyecto común. Sin embargo, estas fases no se aplican en todas las personas porque los hay que no "saben" estar solos y van de una relación a otra sin dejarse respirar a sí mismos y preguntarse qué es lo que buscan o qué es lo que fallaba en anteriores relaciones.
De una forma o de otra, la búsqueda de sexo o la búsqueda de pareja es algo que nos envuelve por nuestra esencia reproductiva inevitable y, por ello, tenemos que aprender a lidiar con los problemas que vayan surgiendo en relación al sexo y al amor. El apetito sexual o las ganas de enamorarse están a la orden del día y de ti depende estar satisfecho y, además, satisfacer a tu pareja.
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¿Practicas Pilates? Según el Doctor Pedro Tormo, portavoz del
Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), muchas mujeres que han practicado o practican Pilates durante meses, han observado una disminución de las pérdidas de orina y también una mejora en sus relaciones sexuales.
¿Por qué? porque muchos ejercicios de esta práctica van destinados a fortalecer músculos del diafragma pélvico (obturador interno, elevador del ano dividido en pubococcígeo, iliococcígeo y puborectal). Al fortalecerlos y ponerlos en tensión, aumentan las sensaciones y permite alagar el placer.
Si no te apasiona el Pilates, también puedes hacer tus
ejercicios de Kegel en casa contrayendo el músculo pubococcígeo que hará que tus relaciones sexuales mejoren, evites la incontinencia o, en el caso de estar embarazada, puedas tener un parto más fácil. ¿Cómo hacerlo? Muy fácil, primero debes de haber vaciado la vejiga. Posteriormente, ya sea acostada o sentada, has de contraer los músculos de la vagina durante unos segundos y, después, relajar, así varias veces. Es como si estuvieras aguantándote la orina. Después, lo vuelves a hacer pero más rápido (contrayendo - relajando) unas cuantas veces más.
También puedes hacer ejercicios en el esfínter anal:
- Como si aguantaras un supositorio por el ano
- Cuando tienes un "apretón", contraes unos músculos para evitar y sujetar ese escape. Esa acción encaja con el refuerzo del elevador del ano.
Es más, puedes ejercitar los músculos de la vagina más aún con las bolas chinas. Por ejemplo, con las bolas
Geishas Teneo Duo Rosas de Fun Factory. Aterciopeladas y suaves, estimulan y ejercitan tus músculos para, posteriormente, obtener más placer en la cama.

Geishas Teneo Duo Rosas de Fun Factory
Y tú, ¿ya te has puesto en forma?
Puntuación: 4 de 5 (¡Muy Bueno!)