El escritor
Pérez-Reverte ha presentado su última novela (
El Tango de la Guardia Vieja) y destacamos dos respuestas a dos preguntas que le hicieron
en una entrevista:
¿Qué precauciones tomó para escribir escenas de sexo? Ha dicho que escribir estos pasajes es como jugar a las siete y media: ni pasarse ni quedarse corto.
El sexo es muy peligroso en la literatura. Cuando tienes un tipo de lectores, sabes lo que aceptan y lo que no. Contar una historia de sexo que acepten y no les chirríe requiere un trabajo de planteamiento previo. Han sido muy calibradas y estructuradas. Algunas son escenas duras y violentas. Y el violento no es él, precisamente.
¿Ese aspecto, el del sexo turbio, también lo ha investigado?
No, todo lo que pone en la novela sobre sexo me lo han contado [sonríe].
Respecto a la primera pregunta, es verdad que en las novelas, depende de cómo escribas y transmitas las escenas sexuales se pueden tomar bien o, por contra, pueden herir sensibilidades. El sexo también puede ser amor y pasión, se puede escribir de manera elegante sin caer en la cursilería pero sin llegar a ser vulgar. Hay que encontrar el punto neutro para que el erotismo emane de las hojas de un libro y penetre en ti de forma apasionada y "queriendo más".
Sobre lo que contesta a la otra pregunta, que dice que todo lo que pone en el libro sobre sexo se lo han contado, deciros que (aparte que evidentemente dicha afirmación no será verdad) lo mejor es vivir las experiencias uno mismo y ¡sentir el placer en el propio cuerpo!