La infidelidad siempre ha sido, es y será el gran tema. Sumergidos en un mundo (occidental) donde la monogamia es la forma predominante de pareja, descubrir que te han sido infiel siempre es muy duro.
Hay distintos tipos de infidelidades, unas más perdonables que otras, pero al fin y al cabo son una traición a la lealtad que habías prometido a tu pareja. Claro está que si en un inicio los dos no se han sentado a hablar sobre ello, si alguno hace algo, no tiene por qué considerarse infidelidad. Pero cuando el concepto de pareja con la persona que está a nuestro lado queda aclarado, ahí ya no te salvas de tan temida palabra.
Ahora bien, cabría preguntarnos lo siguiente: ¿Por qué evitamos tanto caer en la tentación para no ser infiel? ¿Será porque, en realidad, no somos seres monógamos? ¿No es algo intrínseco que llevemos dentro y que podemos realizar de manera natural sin que nos cueste ningún esfuerzo?
El gran Eduard Punset entrevistó en el programa Redes a Judith Eve Lipton – psiquiatra del Swedish Medical Center en Washington – y a David P. Barash – marido de Judith y psicólogo evolucionista de la Universidad de Washington. Los dos han escrito el libro El mito de la monogamia. Choca que un matrimonio nos hable de que la monogamia no es natural porque nos lleva a preguntarnos si ellos lo son o no.
Según lo que comentan, la monogamia no es natural. Podemos decir que es una imposición marcada por la religión cristiana (por eso, hay países donde existe la poligamia), en la que se dio por hecho que una relación había de ser sólo de dos y nada más que de dos. Pese a esto, no estamos diciendo que la monogamia no sea buena sino que simplemente parece ser que no es natural. También vamos vestidos y no es natural (no venimos al mundo con ropa) y no por ello tenemos que ir por ahí desnudos (aunque seguro que a más de uno le gustaría ;-) ).
Os dejamos con el vídeo de la entrevista de Eduard Punset a Judith Eve Lipton y David P. Barash, para que saquéis vuestras propias conclusiones.